sábado, 28 de agosto de 2010

Enchallah...


Ver el mundo a través de los ojos de los demás. No hay nada más difícil, pero sin embargo, es lo único que nos hace falta para poder comprender. He aprendido el verdadero valor de la amistad y del amor, a través del dolor que significa perderlo todo, no porque me fue quitado, sino porque lo entregué todo sin vacilar. Pero el destino siempre conspira, y estaba listo para darme algo con qué seguir. ¿Cuántas veces nos hemos sentido perdidos y solos? Demasiadas quizás, y aún así, encontramos la salida... donde menos lo esperamos, de quien menos lo esperamos, y cuando más lo necesitamos.

Siento que he crecido. Siento que me he liberado de cierta forma. Veo las cosas de forma distinta, pero no he cambiado mi manera de pensar. He templado mi espíritu. He aprendido más que nunca... que el dolor es el camino que nos muestra lo que es realmente valioso, importante, irreemplazable. El dolor nos acerca a los demás, ya sea porque buscamos consuelo, o si es que buscamos ofrecerlo.

Hoy más que nunca, he reafirmado mi promesa. Mi promesa para vivir usando mi corazón como escudo. Es el camino que más penas y decepciones puede darme... pero sólo así podré ser capaz de ver lo que realmente está preparado para mi. Quiero ser fuerte, no para defenderme, sino para dar mi fuerza para estar para quienes me necesitan de verdad. Alguien muy especial me dijo que esto es su sueño... vivir así... esa frase tan simple... fue lo que me dió la certeza de que este es el camino que debo seguir. He decidido escuchar a mi corazón... porque nunca miente, sólo lo mueve la verdad y sólo él nos dice lo que realmente queremos.

He vivido muchas cosas. Algunas veces sólo puedo recordar el dolor que he tenido que soportar. Pero al final puedo sonreír, porque lo que obtuve, vale cada momento de desesperanza. Todo... cada momento, cada palabra, decisión, acción, pensamiento... todo ha sido para un sólo momento... este momento... y es ahora cuando puedo ver con claridad cómo he logrado crecer... y puedo ver que la vida no deja de darme aliento para seguir.

Hoy puedo sonreír. He conseguido... por momentos, la paz que he buscado toda mi vida. Y tal como lo supuse siempre... esa paz no viene de mi... sino de aquellos que sin saberlo, me han protegido con su corazón. Gracias a todos.

Merci, Rajaâ, mon amie du Maroc... nous allons rencontrer un jour... Enchallah...